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Manuel Alvarado Morales, joven oaxaqueño que intentó cambiar el mundo

NVINOTICIAS



Sus amigos recuerdan que a pesar de que a Manuel le gustaba estar en la calle haciendo nada con su grupo de amigos, era común verlo con una libreta o un libro, pues su objetivo siempre fue estudiar “para cambiar el mundo”.


Familiares, amigos y conocidos coinciden que su lema de Manuel Alvarado Morales, de 32 años, era “siempre pa'delante”, pues eso fue lo que lo llevó a estudiar, iniciar su asociación y generar cambios en muchas personas.



El asesinato de Manuel provocó en sus amigos, conocidos, alumnos y familiares, además de tristeza, enojo, frustración y ganas de justicia, pues esas personas terminaron con los objetivos, sueños y mejoras que él quería para su colonia, ciudad, estado y hasta para el mundo.


En una ocasión, como parte de las colectas que realizaban con su asociación Jóvenes por Oaxaca, que creó desde hace cuatro años, Manuel compartió lo importante que era para él hacer cambios, sobre todo en la colonia donde vivía, pues siempre ha sido señalada como peligrosa, pero él decía que había grandes personas en ese lugar.


“Nosotros queremos demostrar que en la parte alta de Santa Rosa Panzacola no es un lugar donde sólo hay delincuencia y vandalismo, también hay gente preocupada por más personas”, compartió en una entrevista para NOTICIAS, Voz e Imagen de Oaxaca.


“Yo voy a transformar el mundo”

Doña Leonor, mamá de Manuel, recuerda que su hijo, “su niño” como ella le decía, decidió tomar el papel de padre en su casa, por lo que siempre tuvo un consejo o hasta regaños con sus hermanos y sobrinos.


Su hermano mayor, Heriberto, afirma que siempre que hicieran alguna travesura o alguna mala acción, Manu les llamaba la atención o hasta los regañaba.


Manuel es el tercero de los cuatro hijos que tuvo doña Leonor y tío de siete sobrinos, a quienes les tenía cariño, consejos, palabras de apoyo y hasta un apodo perfecto para cada uno.


“A mi nieto y a su hermana les decía que estudiaran o si no van a ser mediocres: ‘yo quiero transformar el mundo y por eso estudio y leo, ustedes también agarren su libro y no dejen de estudiar’”, comparte su madre.


Durante su funeral, realizado al mediodía del viernes 4 de marzo, amigos y primos, entre lágrimas y a pesar del dolor de su partida, prometieron continuar con ese objetivo que Manuel tenía, el de transformar la vida de las juventudes.


“Quiero invitar a todas las personas que participaron en los proyectos y en las ideas que platicamos a altas horas de la noche, que si no se hicieron vamos a retomarlos y los que sí se hicieron, vamos a continuarlos”, invitó Ferdinando, amigo y compañero de trabajo de Manuel.


Buen hijo, buen amigo, buen familiar

Primos, hermanos y sobrinos coinciden en que Manuel siempre fue un ejemplo a seguir como familia, pues afirma que no fue fácil su crecimiento, pero siempre tuvo el objetivo de estudiar una licenciatura, después una maestría y por supuesto, la asociación para ayudar a más personas.


“Manuel tenía metas fijas y a pesar de que lo veía en la calle echando relajo, yo siempre me di cuenta de que él iba a salir adelante porque todos éramos de esos jóvenes que creen que no vamos a llegar a ningún lado y él lo logró”, comparte Sulem, quien por varios años fue vecina y amiga de Manuel.


Recuerda que Manuel siempre tuvo metas fijas, como cuando comenzó a estudiar computación para después abrir un local para rentar computadoras y donde siempre ayudaba a los jóvenes para que también aprendieran a usar la computadora.


“Él siempre se preparó y también siempre estuvo en el relajo, pero nunca se dejó atrapar por los vicios, nunca perdió el rumbo; él, desde los 15 años, siempre supo qué quería en la vida y lo logró, eso le admiro”, señala su amiga.


Doña Leonor, quien durante toda la entrevista abrazó la fotografía de “su niño”, confiesa que su hijo era tranquilo, le gustaba platicar con ella, la abrazaba y “cuando me veía triste me preguntaba porqué lloraba, ‘¿qué ocupas?, ¿ocupas centavos?, yo te doy’, pero yo sólo quería que él estuviera bien.


Sus amistades afirman que siempre recordarán a Manuel como una persona noble, dispuesto a ayudar a todos y trabajarán para que las personas responsables de su asesinato sean conocidas y castigadas por sus actos.


“De él nunca ibas a recibir un no, un no se puede, pues para él no había imposibles”, señalaron.



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